Ventura quería que se notase el cambio, que se respirase un aire fresco. El problema es que es un espacio muy cargado visualmente, con una gama cromática muy amplia. 

Para no añadir más contraste, estudiamos los colores predominantes de los cuadros y escogimos tres tonos más claros que los de la tapicería anterior.

Para los bancos, utilizamos un amarillo mostaza, que combina bien con la pared e ilumina el espacio. Pedimos un estilo capitoné para cambiar la textura visualmente. En las sillas, usamos un azul que suavizaba la zona de asientos.

Para las banquetas, decidimos utilizar un verde que cerraba la gama cromática y contrastaba con el revestimiento negro de la barra.