Antes de comenzar el proyecto nos dio 4 premisas: el sofá tenía que ser el modelo Vilasund de Ikea, en las habitaciones se debían incluir camas plegables de la marca Quatro Muebles Juveniles, los cabeceros tenían que ser de cerámica (por cuestiones de higiene) y todas las paredes debían llevar una moldura a media altura para evitar tener que pintar toda la pared cada año.

Primero, decidimos que la manera más óptima de distribuir el espacio era dividir la casa existente en 5 apartamentos: un estudio, tres apartamentos de 5 personas y un apartamento de 6 personas.

Tras estudiar a la competencia, nos dimos cuenta de que abundaban los espacios de estilo nórdico, con una gama de tonos neutros y claros. Con el objetivo de destacar, decidimos crear una paleta de colores vibrantes que destacasen los detalles arquitectónicos del edificio, sin dejar de crear espacios acogedores, en los que resultase agradable estar.
Los colores se distribuyeron por apartamentos en función de la luz que recibía cada uno y, a partir de aquí, se escogió el mobiliario y la decoración que diese cohesión al diseño con las premisas dadas.
Finalmente, creamos una iluminación que permitiese distintas intensidades, en función de las necesidades que tuviese el cliente, y que aportasen un ambiente de serenidad al espacio.


Para la fachada, diseñamos una imagen que destacase sobre los demás edificios, facilitando su ubicación.